Cataluña

6 de septiembre, aniversario de un golpe

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El 6 de septiembre de 2017 fue el día D del inicio del golpe de estado que el separatismo acometió en Cataluña.

Es importante el relato. En estos días que tanto se ha escrito sobre el acercamiento de asesinos por parte del gobierno de España, de los pactos de Sánchez que dejan el relato de la sangrienta historia de ETA en manos de ETA, se debe reivindicar la importancia del relato.

Hoy, 6 de septiembre, en el quinto aniversario del golpe de Estado que inició el separatismo contra la democracia, es importante no olvidar. Es importante no dejar el relato en manos de los que acometieron el golpe. Tan importante como no dejar el relato en manos de los asesinos de ETA.

“El relato que no deberíamos olvidar es que fue un golpe”

El relato que no deberíamos olvidar es que fue un golpe. Poco importa que el sector separatista se agarre a la condena por sedición. Una cosa es la responsabilidad penal por sus actos y otra, bien distinta, la responsabilidad como representantes públicos. Y como tales, pretendían acometer un golpe de Estado contra España desde las propias instituciones. Un golpe contra la Constitución desde los instrumentos que la Constitución les brindaba. Porque no hay que olvidar que eran representantes públicos gracias a los derechos reconocidos en la propia Constitución.

Aquel 6 de septiembre asistíamos en directo al golpe que se estaba perpetrando en el Parlamento de Cataluña, con luz y taquígrafos. Pegados a televisiones, vivíamos con desasosiego y temor, cómo se estaban vulnerando los derechos de todos los catalanes, cómo la oposición constitucionalista se desgañitaba en frenar lo que estaba ocurriendo, cómo el gobierno de España se convertía en un telespectador más, sin intención de actuar.

Asistimos, con el corazón en un puño, a la valiente y pasional defensa de la democracia que lideraba el grupo Ciutadans con Inés Arrimadas a la cabeza. Nunca olvidaremos aquella intervención en la que, pasaporte en mano, advertía a los golpistas “mis padres, mis hermanos y mis sobrinos viven en Andalucía, Sr. Puigdemont, y no pienso permitir que les pidan el pasaporte para venir a verme. No pienso permitir que les pidan el pasaporte”.

“el gobierno de España se convertía en un telespectador más, sin intención de actuar”

Nunca olvidaremos como Carrizosa se enfrentaba a la Presidenta de la Mesa del Parlamento, condenada después, defendiendo los derechos de los catalanes. O cómo Jose María Espejo, entonces vicepresidente de la mesa, levantaba la mano para intervenir y ante la prohibición de la Presidenta, bajaba al atril y, desde allí, hacía una defensa de la legalidad que dejaba sin habla a los golpistas.

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video publicado por ciutadans en el quinto aniversario del golpe

No olvidaremos la imagen de los diputados liberales, que aguantaron hasta el final del día, salían escoltados ante la violencia del separatismo concentrado a las puertas del Parlament. No quisieron esconderse, ni salir por la puerta de atrás, como hicieron el resto. No olvidaremos cómo plantaron cara a la barbarie separatista.

“Ni cómo respiramos cuando, por fin, se anunciaba la aplicación del 155”

No olvidaremos como, los liberales, presionaban a PP y PSOE para aplicar el art. 155 de la Constitución. Tampoco como se escondieron Rajoy y Sánchez, ni como pactaron un 155 light que dejaba fuera a educación y medios de comunicación. De aquellos barros, estos lodos.

No olvidaremos la fortaleza del Jefe de Estado que, con su discurso, infundió esperanzas a los ciudadanos de Cataluña y del resto de España. Ni cómo respiramos cuando, por fin, se anunciaba la aplicación del 155.

Y pasados cinco años, hay momentos que no vamos a olvidar, hay un relato que debe perdurar en nuestra memoria. No olvidamos los indultos, un insulto a todo el constitucionalismo catalán que ha visto como el PSOE volvía a ceder ante los golpistas y les dejaba en libertad. Ni como se sustenta ahora el gobierno de España, teniendo otras alternativas, en las sucias manos de los separatistas.

No olvidamos como, tras años de lucha judicial, el PSC ha erradicado el español de las aulas catalanas pisoteando los derechos fundamentales de las familias en Cataluña. No olvidamos sus gobiernos en Diputaciones y municipios con los que pretendían romper el orden constitucional. No olvidamos sus abrazos ni sus deleznables pactos.

Y tampoco olvidamos como el PP, Feijóo, se acerca cada vez más al mundo nacionalista, blanqueando a los que dieron un golpe [fallido] llamándoles “moderados” y que es necesario pactar con ellos. No olvidamos su negación del adoctrinamiento en las aulas catalanas, ni sus cesiones al separatismo, concediéndoles el mayor paquete de competencias y eliminando al Estado de Cataluña

No olvidaremos como se llegó al 6 de septiembre y todo lo que pasó después, con los silencios y los pactos del bipartidismo durante 40 años. Pactos que están reeditando tan sólo 5 años después de los execrables hechos de otoño del 17. Ese otoño negro en el que los catalanes estuvimos a punto de vivir bajo una férrea dictadura.

Y jamás olvidaremos quienes fueron los que dieron la cara entonces, quienes representaron al constitucionalismo en Cataluña, quienes no aflojaron ni un ápice y quienes siguen siendo hoy en día, la verdadera oposición al separatismo, Ciutadans.

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