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Roban una docena de móviles al Barça de Hockey Patines mientra juega en Barcelona

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Portero del FC Barcelona durante el partido en el que fueron sustraídos los móviles | David Valiente

Los hechos ocurrieron el pasado viernes, 3 de junio, sobre las 20:00h, mientras el Barça C de Hockey Patines disputaba un partido contra el Club Patí Congrés en las instalaciones deportivas de Llars Mundet, en el barrio de Horta-Guinardó de la capital catalana. El valor de los enseres sustraídos alcanzaría los 15.000€ entre móviles y portátiles. Curioso que los delincuentes no sustrajeron ni carteras, relojes, auriculares ni relojes inteligentes.

Según ha podido saber El Europeo, los individuos entraron a las instalaciones deportivas por una de las salidas de emergencia, que se encuentra habitualmente abierta para favorecer la ventilación del espacio, y desde ahí accedieron a los vestuarios donde desmontaron las cerraduras de las puertas. Los dispositivos fueron sustraídos mientras los jugadores de ambos equipos disputaban el partido de play-off de ascenso a OkLiga Plata.

Cerradura forzada de una de las puertas del vestuario.

Fueron los propios jugadores los que, una vez terminado el encuentro, se percataron de que les faltaban sus móviles y, en algunos casos, ordenadores portátiles. Ningún trabajador del centro deportivo se percató de lo ocurrido hasta que los jugadores del Barça B de Hockey Patines dieron la voz de alarma, aunque para entonces ya sería demasiado tarde.

El caso está ya en manos de los Mossos d’Esquadra, que estarían revisando las grabaciones de las cámaras de seguridad. Estos hechos coinciden con la detención la semana pasada, por casualidad y durante un aviso por okupación en una vivienda, de un individuo con más de 300 móviles robados.

Gracias a la aplicación de geolocalización que estos dispositivos móviles llevan integrados, El Europeo ha podido saber que en una primera instancia los dispositivos se encontraban en Barcelona, cerca de la Meridiana, y posteriormente habrían sido localizados cerca de Castellón. Según fuentes policiales, estos casos son difíciles de resolver y los dispositivos acaban, en muchas ocasiones, en el norte de África, principalmente en países como Marruecos o Argelia.

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