Opinión

Cadáveres decapitados, la última negación de la izquierda.

Published

on

Desde que ayer se conoció la terrible noticia del hallazgo de centenares de cadáveres en el Kibutz Kfar Asa, entre los que se encontraban niños decapitados, se ha generado una vorágine de informaciones y desinformaciones sobre si estábamos ante un bulo o la realidad.

Desde medios y líderes de la izquierda, que se posicionan sin pudor con los terroristas de Hamas a los que dan la representatividad del pueblo palestino, se inició una campaña de desmentidos de la matanza.

Las primeras noticias hablaban del hallazgo de 40 bebes decapitados, si bien luego se aclaró que entre los asesinados se encontraban mujeres y niños, entre ellos bebés y que algunos cuerpos habían sido decapitados al más puro estilo DAESH.

Poco importa si los decapitados fueron 40 bebes o unos bebés, unos niños o unas mujeres, unos pocos o muchos. La realidad de la masacre que se están encontrando las fuerzas israelís en los Kibutz es terrorífica. Poco importa la cifra, lo que importa es el hecho, los hechos.

Y la realidad es que Hamas, como grupo terrorista con vínculos con DAESH, tiene un objetivo claro y concreto: eliminar todo rastro judío de Israel, del mundo en general. Y, una vez conseguido, seguir eliminado todo rastro de civilización en la Tierra.

Nos llegan imágenes no sólo de asesinatos indiscriminados de personas que salen de su casa o que circulan por una carretera. Las imágenes deberían revolver a cualquiera con un mínimo de humanidad. Decapitaciones, profanación de cuerpos, cortes de cabellera que se muestran como trofeos, violaciones de mujeres y niñas, torturas y, finalmente, asesinatos.

En esto casos, como en tantos otros ataques de terroristas, no cabe justificación alguna. No cabe ningún pero. O se condena o no se condena. Pero no cabe la posibilidad de ser equidistante con el tan mañido “condenamos pero…”

Es evidente que el pueblo palestino necesita de su espacio, pero es igual de evidente, o debería serlo, que Hamas no representa más que al terror y a una banda de criminales desalmados llenos de odio a todo lo que no sea su “yihad”. Si por ellos fuera toda civilización debería ser arrasada salvo la suya, la sociedad de la barbarie, el terror, la violencia.

Y para salir de esta terrible situación no existe otra respuesta que la conjunta. Porque, tengámoslo claro, esto no es una “guerra” contra Israel, esto es un ataque terrorista contra la civilización occidental, contra nuestras democracias, contra los derechos fundamentales y las libertades del individuo.

Esto no va de ideologías, ni de yo con Israel tú con Palestina. Esto va de destruir todo lo que hemos construido en occidente y que ha garantizado los derechos y libertades de todos nosotros durante décadas.

No deberíamos dejarnos llevar por esa izquierda autodenominada progresista, que no es más que un brazo político de grupos violentos. No deberíamos dejarnos llevar por sus susurros, mucho más peligrosos que los gritos de otros. Es hora de ser fuertes, de creer en nuestras convicciones y de defender nuestros derechos y libertades frente a la barbarie terrorista. Sin fisuras, sin complejos, sin caer en lo “políticamente correcto”.

Sólo unidos conseguiremos vencer al diablo

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Tendencias

Salir de la versión móvil