Alberto Núñez Feijóo Propuesto como Candidato a la Investidura: Perspectivas ante un Escenario de Incertidumbre Política
Tras intensas deliberaciones con los partidos políticos durante dos días, Felipe VI ha ejercido su rol dentro de las funciones constitucionales al nominar al líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, como candidato a la investidura. El anuncio fue realizado en horas de la tarde por la presidenta del Congreso, Francina Armengol. Previamente, Feijóo había expresado su disposición a asumir el encargo, calificándolo como su “deber”, y solicitó tiempo para iniciar negociaciones con los grupos parlamentarios, las cuales arrancarán en la próxima semana.
En una conferencia de prensa después de su encuentro con el rey, Feijóo subrayó que su candidatura se centrará en promover la “igualdad” entre los españoles y presentar una alternativa al actual Gobierno de coalición compuesto por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Sumar. La elección de Feijóo como candidato marca un hito tras la elección de la presidenta del Parlamento el 17 de agosto, marcando el siguiente paso crucial en la incipiente legislatura. A partir de aquí, una serie de procedimientos llevarán al debate de investidura, y se iniciará el conteo regresivo electoral para evitar la repetición de elecciones.
Sin embargo, una cuestión clave se plantea: ¿Tiene Feijóo los votos necesarios para ser investido? La respuesta es negativa. Aunque Feijóo cuenta con 172 votos a favor, incluyendo los 137 diputados del PP, los 33 de Vox, uno de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y uno de Coalición Canaria, esta cifra no alcanza la mayoría absoluta requerida de 176 escaños en la primera votación. En la segunda votación, que tendría lugar 48 horas después, necesitaría mayoría simple, lo que sigue siendo insuficiente, ya que enfrentaría 178 votos en contra.
Ante esta situación, ¿por qué entonces el Rey ha nominado a Feijóo? Aunque ni la Constitución ni las leyes establecen criterios explícitos, el comunicado oficial de la Casa Real destaca la “costumbre” de designar al candidato más votado en las elecciones como el primero en ser propuesto para la investidura. El comunicado menciona que en el proceso de consultas llevado a cabo por el rey, no se ha encontrado una mayoría suficiente para quebrantar esta costumbre.
En cuanto a las consecuencias de una investidura fallida, comienza un plazo de dos meses para una nueva convocatoria electoral. En este tiempo, tanto Feijóo como el candidato del PSOE, Pedro Sánchez, buscarían formar una mayoría de gobierno. Si este plazo concluye sin un investido, el rey disolvería las Cortes y convocaría nuevas elecciones, que se llevarían a cabo 47 días después. Para evitar elecciones en fechas cercanas a Navidad o Año Nuevo, la investidura fallida de Feijóo debería programarse a partir del 31 de agosto o después del 20 de septiembre.
Con esta situación en mente y considerando el impacto negativo de elecciones durante períodos vacacionales, se plantea un escenario de incertidumbre política mientras se espera la evolución de los acontecimientos en el panorama español.
