En los últimos años, Cataluña se ha convertido en el epicentro de los robos de cable de cobre en la red ferroviaria española, con un aumento significativo de estos incidentes que afectan principalmente a las líneas de Cercanías y Regionales. Estos actos vandálicos no solo causan importantes daños materiales y económicos, sino que también interrumpen el servicio de transporte vital para miles de ciudadanos.
Recientemente, un robo de cobre en la estación de Montcada-Bifurcació paralizó el servicio de Cercanías en Barcelona, provocando un caos considerable en plena jornada electoral. La Generalitat y los Mossos d’Esquadra han atribuido la responsabilidad de la seguridad de la infraestructura ferroviaria a Adif, argumentando que es el titular de la infraestructura y, por tanto, debe garantizar su protección1.
Por otro lado, el Ministerio de Transportes ha denunciado la falta de seguridad en Cataluña y ha llevado el caso a los tribunales, buscando a los responsables del robo2. El ministro Óscar Puente ha criticado las acusaciones del Govern acerca de la incidencia y ha señalado la posibilidad de un sabotaje, dejando en el aire que el corte de cable pueda tener otros motivos que no sean económicos2.
La situación es compleja y las opiniones divididas. Mientras algunos apuntan a la Generalitat como responsable de la seguridad, otros insisten en que Adif y Renfe son las víctimas de actos incívicos. Lo cierto es que los robos de cobre se han doblado en los últimos tres años y dibujan una tendencia al alza, con un coste económico y de movilidad elevado para la empresa y los usuarios3.
La solución a este problema requiere una colaboración estrecha entre todas las partes implicadas y una inversión adecuada en medidas de seguridad. Es esencial que se establezcan protocolos claros y efectivos para prevenir estos robos y garantizar la continuidad del servicio de Cercanías, tan crucial para la movilidad en Cataluña.
Y mientras esto no ocurra, mientras unos y otros sigan exculpándose y culpando al otro, los catalanes seguirán sufriendo las desidias de la casta de políticos
