Hace cuatro años el candidato del partido popular era el “pobre Juanma” en el que no creía ni el propio Partido Popular. Los malos resultados obtenidos por el PP en Andalucía no hacían presagiar que pudieran llegar a gobernar Andalucía.
En 2018 la fuerte irrupción de Ciudadanos, que sumo 21 diputados, con una campaña ilusionante para los andaluces, consiguió la gesta de expulsar al Psoe de San Telmo. Fue Ciudadanos quien creyó en las opciones de ganar y de conformar gobierno.
Dos mensajes claros han sido los de Moreno en esta campaña: uno, capitalizar y sacar rédito de las Consejerías de Ciudadanos y dos, el mensaje del miedo a Vox pidiendo una mayoría suficiente para expulsarlo de un futuro gobierno. Y ambos mensajes han sido claves en la victoria del PP
Por un lado, Moreno ha hecho suyo el crecimiento económico, la creación de empleo, la captación de empresas para Andalucía, hitos que le han llevado a obtener una mayoría para gobernar en solitario. Aunque los liberales se han esforzado en comunicar que esas Consejerías y, por tanto, los hitos conseguidos eran responsabilidad del partido naranja, no han sido capaces de capitalizar el trabajo realizado durante estos cuatro años.
En cambio, Moreno sí ha sabido capitalizarlo, realizando una campaña mediocre, sin grandes mensajes, sin entrar en los debates y quedándose en un segundo plano, dejando que otros hicieran por él. El PP ha utilizado la táctica del avestruz y le ha funcionado. A Ciudadanos les ha perjudicado, también, el segundo mensaje del PP en estas elecciones.
Por otro lado, el riesgo de la entrada de Vox en el gobierno de la Junta de Andalucía. Vox llegó a esta campaña con unas expectativas altas, asegurando que iban a expulsar a Ciudadanos y al Pp del gobierno de Andalucía y obviando estos últimos cuatro años para centrarse en la época de gobiernos socialistas. Esta vez su estrategia populista ha tenido el efecto contrario a la deseada. Una estrategia que se ha visto boicoteada por las acciones de sus representantes donde sí gobiernan, Castilla y León. Y le ha supuesto un sangrado de hasta 400 mil votos perdidos desde 2019.
Pero a Moreno, la campaña de Vox le ha beneficiado. Ha obtenido la movilización que buscaba en el votante moderado, el votante liberal que ha optado por concentrar voto frente a una posible irrupción de Vox. Una estrategia similar a la que ha venido utilizando el PSOE, la del miedo al otro. Y similar a la que utilizó Ayuso con su “Libertad o Comunismo”
Es evidente que en las últimas campañas de las diferentes elecciones en España, es el voto del miedo al otro el que moviliza, quedando en un segundo o tercer plano, los programas o la validez de los candidatos
Ahora tocará esperar qué gobierno va a conformar Moreno y cuáles van a ser sus políticas los próximos cuatro años.
