La televisión pública catalana organizó, en la noche de ayer, un debate a 7 en el que la lengua española fue la gran ausente.
El debate organizado por TV3 con la presencia de los cabeza de lista de las diferentes formaciones políticas que se presentan a estas elecciones generales, se celebró ayer con una duración de casi dos horas y media
Pocas o ningunas propuestas se pusieron encima de la mesa, más allá del ya tradicional en esta campaña electoral del “y tú más”. Fue un debate que poco o nada movilizará voto hacia ninguno de los partidos que se encontraban en el plató. Pese a los esfuerzos de la moderadora, hubo momentos en los que era ininteligible saber qué decía uno u otro candidato porque hablaban, e incluso gritaban, todos a la vez.
Y de esas casi dos horas y media, el español sólo ocupó unos escasos 3 minutos. En alguna intervención del candidato de Vox y en la mitad del minuto final del candidato del PP.
Sorprende que alguno de los partidos allí presentes que enarbolan la bandera de incluir a la mayoria, silenciosa, de la Cataluña real, no se dignaran a usar la lengua que es la común de esa mayoría: el español
Es cierto que la lengua española no fue escuchada en el Parlamento de Cataluña hasta la irrupción de Ciutadans, cuyos diputados siguen hoy utilizándola de manera mayoritaria. Y es cierto que han sido diputados de los liberales los que han denunciado las imposiciones desde el separatismo y viralizando una realidad a la que muchos dan la espalda. No olvidamos, por ejemplo, aquel “hablo español porque me da la gana” de Carlos Carrizosa en, precisamente, TV3
Pero no presentándose los liberales, que se encuentran inmersos en un proceso de rearme tras los resultados del 28 de mayo, se esperaba que alguno de los presentes recogiera el testigo de CS y mostrara a la sociedad catalana que sí, el español también se escucha en TV3 le pese a quien le pese.
Y no fue así. El candidato de Vox, el que dentro de lo poco, fue el que más utilizó el español, lo hizo en su minuto final y en alguna que otra intervención. Pero la mayoritariamente utilizada fue el catalán. El minuto final debía ser, por obligación, en español, pues es el que luego utilizan los partidos para viralizar en sus redes sociales.
Y el candidato del PP se limitó a utilizarla en la mitad de su minuto final. Una muestra que la política marcada por la dirección conservadora es la de no molestar al separatismo, ni a ese “catalanismo moderado” -como lo llama Feijóo, a los que quieren seducir para poder llegar a acuerdos de gobierno con ellos, como en la mejor época de Aznar – Pujol.
Una decepción con todas las letras, que hace que muchos recuerden hoy que la ausencia de Ciudadanos en estas elecciones no la suple ningún partido político.
